Una de esas obras que empiezas por casualidad, sin pretensiones, sin pensar, sin miedo... y que terminó hablando de esa maravillosa forma de experimentar el mundo que tienen casi todos los niños y solo algunos adultos.
Desde Enero de 2012, vive en casa de mi hermano Esteban.
Niño
100 x 80 cm
Carboncillo, gesso y óleo sobre lienzo.
2011
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